Sábado, Pascua II

Oración Matutina Diaria

¡Aleluya! Cristo ha resucitado
¡Es verdad! El Señor ha resucitado. ¡Aleluya!

Invitatorio y Salterio

Señor, abre nuestros labios.
Y nuestra boca proclamará tu alabanza.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

¡Aleluya! Es verdad, el Señor ha resucitado: vengan y adorémosle. ¡Aleluya!

Cristo Nuestra Pascua Pascha nostrum
Corintios 5:7-8; Romanos 6:9-11; Corintios 15:20-22

¡Aleluya!
Cristo, nuestra Pascua, se ha sacrificado por nosotros. *
¡Celebremos la fiesta!
No con la vieja levadura, la levadura de malicia y de maldad, *
sino con el pan ázimo de sinceridad y verdad. ¡Aleluya!

Cristo, siendo resucitado de los muertos, ya no muere; *
la muerte ya no tiene señorío sobre él.
Su muerte fue un morir al pecado de una vez para siempre, *
mas su vida es un vivir para Dios.
Así también ustedes, considérense muertos al pecado, *
pero vivos para Dios en Jesucristo nuestro Señor.
¡Aleluya!

Cristo ha sido resucitado de los muertos, *
primicia de los que durmieron;
Porque habiendo venido por un hombre la muerte, *
también por un hombre vino la resurrección de los muertos.
Pues así como en Adán mueren todos, *
así también en Cristo todos serán vivificados. ¡Aleluya!

Salmo 20
Que Dios te escuche en el día de asedio, *
el Nombre del Dios de Jacob sea tu baluarte;
Te envíe ayuda desde su santuario, *
y te sostenga desde Sión;
Haga memoria de todas tus ofrendas, *
y acepte tu holocausto;
Te dé conforme al deseo de tu corazón, *
y cumpla todos tus designios.
Nos alegraremos en tu victoria,
y alzaremos pendón en Nombre de nuestro Dios; *
que el Señor conceda todas tus peticiones.
Ahora sé que el Señor ha dado la victoria a su ungido; *
lo ha escuchado desde su santo cielo
con la fuerza victoriosa de su diestra.
Unos confían en carros de guerra, y otros en caballos, *
mas nosotros invocaremos el Nombre del Señor nuestro Dios.
Ellos se hunden y caen, *
mas nosotros nos levantamos y estamos de pie.
Otorga victoria al rey, oh Señor, *
y escúchanos cuando te invocamos.

Salmo 21
El rey se alegra en tu poder, oh Señor; *
en tu victoria, ¡cómo se goza!
Le has concedido el deseo de su corazón, *
y no le negaste la petición de sus labios.
Pues le has salido al encuentro
con bendiciones de prosperidad; *
corona de oro fino has puesto sobre su cabeza.
Vida te demandó, y se la diste: *
largura de días, por los siglos de los siglos.
Grande es su gloria por tu victoria, *
honra y majestad has puesto sobre él;
Porque lo bendecirás para siempre; *
lo llenarás de alegría con tu presencia.
Por cuanto el rey confía en el Señor, *
y en la misericordia del Altísimo no será conmovido.
Alcanzó tu izquierda a todos tus enemigos, *
tu diestra alcanzó a los que te aborrecen.
Los pusiste como en horno ardiente, *
en el tiempo de tu ira, oh Señor.
Los deshiciste en tu furor; *
el fuego los consumió.
Su fruto destruiste de la tierra, *
y su descendencia de entre los pueblos;
Porque intentaron el mal contra ti; fraguaron maquinaciones; *
mas no prevalecían.
Pues tú los pusiste en fuga; *
en tus cuerdas dispusiste saetas contra sus rostros.
Ensálzate, oh Señor, en tu poder; *
cantaremos y alabaremos tu poderío.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Las Lecciones

Éxodo 17:1-16
Al salir la comunidad de Israel del desierto de Sin, dispusieron sus etapas según Yavé les ordenaba. Acamparon en Refidim donde el pueblo, sediento, no encontró agua. Le reclamaron a Moisés, diciendo: «Danos agua para beber.» Moisés les contestó: «¿Por qué me reclaman ustedes a mí?, ¿por qué tientan a Yavé?» Allí el pueblo, atormentado por la sed, murmuró contra Moisés: «¿Por qué nos has hecho salir de Egipto? ¿Para que ahora muramos de sed con nuestros hijos y nuestros animales?» Entonces Moisés llamó a Yavé y le dijo: «¿Qué puedo hacer con este pueblo?; por poco me apedrean.» Yavé respondió a Moisés: «Preséntate al pueblo, lleva contigo algunos jefes de Israel, lleva también en tu mano el bastón con que golpeaste el río Nilo. Yo estaré allá delante de ti, sobre la roca. Golpearás la roca y de ella saldrá agua, y el pueblo tendrá para beber.» Moisés lo hizo así, en presencia de los jefes de Israel. Aquel lugar se llamó Masá (o sea, tentación) y Meribá (o sea, quejas), a causa de las quejas de los israelitas que allí tentaron a Yavé, diciendo: «¿Está Yavé en medio de nosotros o no?» En Refidim los amalecitas vinieron a atacar a Israel. Moisés dijo a Josué: «Elígete algunos hombres y marcha a pelear contra los amalecitas. Yo, por mi parte, estaré mañana en lo alto de la loma, con el bastón de Dios en mi mano.» Josué hizo como se lo ordenaba Moisés, y salió a pelear contra los amalecitas. Mientras tanto, Moisés, Aarón y Jur subieron a la cima de la loma. Y sucedió que mientras Moisés tenía las manos arriba, se imponía Israel, pero cuando las ba jaba, se imponían los amalecitas. Se le cansaron los brazos a Moisés; entonces tomaron una piedra y sentaron a Moisés sobre ella, mientras Aarón y Jur le sostenían los brazos, uno a cada lado. Así, Moisés mantuvo sus brazos alzados hasta la puesta del sol y Josué le mató mucha, mucha gente a Amalec. Entonces Yavé dijo a Moisés: «Escribe todo esto en un libro para que sirva de recuerdo, y dile a Josué que yo no dejaré ni el recuerdo de Amalec debajo de los cielos.» Luego Moisés edificó allí un altar a Yavé, al que puso por nombre: Yavé es mi triunfo. Y declaró: «¡Levanten la ban dera de Yavé! Yavé está en guerra con Amalec de generación en generación.»

Cántico de la Creación Benedicite, omnia opera Domini
Daniel (dc) 3:57-87

Invocación
Bendigan al Señor, obras todas del Señor, *
alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.
En la bóveda celeste, bendigan al Señor, *
alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.

I El Orden Cósmico
Bendigan al Señor, ángeles y potestades del Señor, *
cielos y aguas que están sobre los cielos.
Sol y luna, y estrellas del cielo, bendigan al Señor, *
alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.

Bendigan al Señor, lluvias todas y rocío, *
vientos todos, fuego y calor.
Inviernos y veranos, bendigan al Señor, *
alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.

Bendigan al Señor, fríos y heladas, *
gotas de rocío y copos de nieve.
Escarchas y fríos, hielos y celliscas, bendigan al Señor, *
alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.

Bendigan al Señor, noches y días, *
luz radiante y oscuridad acogedora.
Rayos y nubes, bendigan al Señor, *
alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.

II La Tierra y sus Criaturas
Bendiga la tierra al Señor, *
alábele y exáltele sobre todo para siempre.
Montes y colinas y cuanto germina en la tierra,
bendigan al Señor, *
alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.

Bendigan al Señor, manantiales y fuentes, mares y ríos, *
cetáceos y cuanto se mueve en las aguas.
Aves del cielo, bendigan al Señor, *
alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.

Bendigan al Señor, bestias silvestres, *
y todos los rebaños y ganados.
Hombres y mujeres de todos los lugares, bendigan al Señor, *
alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.

III El Pueblo de Dios
Bendiga al Señor el pueblo de Dios, *
alábele y exáltele sobre todo para siempre.
Sacerdotes y siervos del Señor, bendigan al Señor, *
alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.

Bendigan al Señor, espíritus y almas de los justos, *
alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.
Santos y humildes de corazón, bendigan al Señor, *
alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.

Doxología
Bendigamos al Señor: Padre, Hijo y Espíritu Santo, *
alabémosle y exaltémosle sobre todo para siempre.
En la bóveda celeste, bendito sea el Señor, *
alabado y exaltado sobre todo para siempre.


1 Pedro 4:7-19
El fin de todas las cosas está cerca; vivan, pues, con sensatez y dediquen sus noches a la oración. Sobre todo ámense de verdad unos a otros, pues el amor hace perdonar una multitud de pecados. Acójanse unos a otros en sus casas sin quejarse. Que cada uno ponga al servicio de los demás el carisma que ha recibido, y de este modo serán buenos administradores de los diversos dones de Dios. Si alguno habla, que sean palabras de Dios; si cumple algún ministerio, hágalo con el poder de Dios, para que Dios sea glorificado en todo por Cristo Jesús. A él sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén. Queridos hermanos, no se sorprendan por el incendio que ha prendido en medio de ustedes para ponerlos a prueba. No es algo insólito lo que les sucede. Más bien alégrense de participar en los sufrimientos de Cristo, pues también se les concederán las alegrías más grandes el día en que se nos descubra su gloria. Si son insultados a causa del nombre de Cristo, felices ustedes, porque la gloria y el Espíritu de Dios descansan sobre ustedes. Sería una lástima que alguno tuviera que sufrir por asesino, ladrón, malhechor o delator; pero si sufre por ser cristiano, no tiene por qué avergonzarse, sino que más bien debe dar gracias a Dios por llevar ese nombre. Ha llegado el tiempo del juicio, y éste empieza por la casa de Dios. Pues si comienza por nosotros, ¿qué fin tendrán los que se niegan a creer en el Evangelio? Si el justo se salva a duras penas, ¿dónde se presentarán el pecador y el impío? Así, pues, si sufren porque ésta es la voluntad de Dios, confíen sus almas al Creador, que es fiel, y continúen haciendo el bien.

Cántico de los Redimidos Magna et mirabilia
Apocalipsis 15:3-4

Grandes y asombrosas son tus obras, *
Señor Dios, Rey del universo;
Justos y fidedignos tus caminos, *
oh Rey de los siglos.
¿Quién no te acatará y bendecirá tu Nombre? *
Tú sólo eres el Santo.
Todas las naciones vendrán y se postrarán ante ti, *
Pues tus hechos justos se hicieron manifiestos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Credo de los Apóstoles
Creo en Dios Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor.
Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo
y nació de la Virgen María.
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato.
Fue crucificado, muerto y sepultado.
Descendió a los infiernos.
Al tercer día resucitó de entre los muertos.
Subió a los cielos,
y está sentado a la diestra de Dios Padre.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de los muertos,
y la vida eterna. Amén.

Plegarias

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder,
y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.

A
Señor, muéstranos tu misericordia;
Y concédenos tu salvación.
Reviste a tus ministros de justicia;
Que cante tu pueblo de júbilo.
Establece, Señor, la paz en todo el mundo;
Porque sólo en ti vivimos seguros.
Protege, Señor, a esta nación;
Y guíanos por la senda de justicia y de verdad.
Que se conozcan en la tierra tus caminos;
Y entre los pueblos tu salvación.
Señor, que no se olvide a los necesitados;
Ni se arranque la esperanza a los pobres.
Señor, crea en nosotros un corazón limpio;
Y susténtanos con tu Santo Espíritu.

Dios todopoderoso y eterno, que en el misterio Pascual has establecido el nuevo pacto de la reconciliación: Concede a todos los que nacen de nuevo en la comunión del Cuerpo de Cristo que manifiesten en sus vidas lo que por fe profesan; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Dios todopoderoso, que después de la creación del mundo descansaste de todos tus trabajos, y santificaste un día de reposo para todas tus criaturas: Concede que nosotros, apartando toda ansiedad terrenal, nos dispongamos debidamente para el servicio de tu santuario, y que nuestro descanso aquí en la tierra sea una preparación para el reposo eterno en el cielo, que has prometido a tu pueblo; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oh Dios, autor de la paz y amante de la concordia, conocerte es vida eterna, y servirte, plena libertad: Defiende a estos tus humildes siervos de todos los asaltos de nuestros enemigos; para que, confiados en tu protección, no temamos la fuerza de ningún adversario; por el poder de Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Señor Jesucristo, tú extendiste tus brazos amorosos sobre el cruel madero de la cruz, para estrechar a todos los seres humanos en tu abrazo salvador: Revístenos con tu Espíritu de tal manera que, extendiendo nuestras manos en amor, llevemos a quienes no te conocen a reconocerte y amarte; por el honor de tu Nombre. Amén.

Puede seguir intercesiones y acciones de gracias

Oración de San Juan Crisóstomo
Dios todopoderoso, que nos diste la gracia para unirnos en este momento, a fin de ofrecerte nuestras súplicas en común; y que, por tu muy amado Hijo, nos prometiste que, cuando dos o tres se congregan en su Nombre, tú estarás en medio de ellos: Realiza ahora, Señor, nuestros deseos y peticiones como mejor nos convenga; y concédenos en este mundo el conocimiento de tu verdad y en el venidero, la vida eterna. Amén.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.

La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos nosotros, ahora y siempre. Amén. 2 Corintios 13:14


Oficio para el Mediodía

Oh Dios, dígnate librarnos.
Señor, apresúrate a socorrernos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

Salmo 126 In convertendo
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, *
éramos como los que sueñan.
Entonces nuestra boca se llenó de risa, *
y nuestra lengua de gritos de alegría.
Y decían entre las naciones: *
"Ha hecho el Señor proezas con ellos".
Proezas ha hecho el Señor con nosotros, *
y estamos sumamente alegres.
Tú, oh Señor, has cambiado nuestra suerte, *
como los torrentes del Neguev.
Los que sembraron con lágrimas, *
con gritos de alegría segarán.
Los que van llorando, llevando la semilla, *
volverán entre cantares, trayendo sus gavillas.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Desde donde el sol nace hasta donde se pone, es grande mi Nombre entre las naciones, y en todo lugar se ofrece a mi Nombre incienso y ofrenda limpia, porque grande es mi Nombre entre las naciones, dice el Señor de los ejércitos. Malaquías 1:11
Demos gracias a Dios.

Demos gracias a Dios.
Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.

Señor, escucha nuestra oración;
Y llegue a ti nuestro clamor.

Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles, "La paz les dejo, mi paz les doy": No mires nuestros pecados sino la fe de tu Iglesia; y concédenos la paz y la unidad de esa Ciudad celestial; donde con el Padre y el Espíritu Santo tú vives y reinas ahora y por siempre. Amén.

Se puede ofrecer intercesiones libres.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.