Este es el día en que actuó el Señor; regocijémonos y alegrémonos en él. Salmo 118:24
  
  Invitatorio y Salterio
  
  Señor, abre nuestros labios.
  Y nuestra boca proclamará tu alabanza.
  
  Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el  principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.  ¡Aleluya!
  
  La misericordia del Señor es para siempre: vengan y adorémosle.
  
  Venite Salmo 95:1-7
  Vengan, cantemos alegremente al Señor; *
  aclamemos con júbilo a la Roca que nos salva.
  Lleguemos ante su presencia con alabanza,  *
  vitoreándole con cánticos;
  Porque el Señor es Dios grande, *
  y Rey grande sobre todos los dioses.
  En su mano están las profundidades de la tierra, *
  y las alturas de los montes son suyas.
  Suyo el mar, pues él lo hizo, *
  y sus manos formaron la tierra seca.
  Vengan, adoremos y postrémonos; *
  arrodillémonos delante del Señor nuestro Hacedor;
  Porque él es nuestro Dios;
  nosotros el pueblo de su dehesa, y ovejas de su mano. *
  ¡Ojalá escuchen hoy su voz!
  
  Salmo 41
  Bienaventurados los que cuidan al pobre y menesteroso; *
  en el día malo los librará el Señor.
  El Señor los guardará y los preservará en vida,
  para que sean dichosos en la tierra; *
  y no los entregará a la voluntad de sus enemigos.
  El Señor los sostendrá en el lecho del dolor, *
  y les ministrará en su enfermedad.
  Yo dije: "Señor, ten misericordia de mí; *
  sáname, porque contra ti he pecado".
  Mis enemigos hablan mal de mí, preguntando: *
  "¿Cuándo morirá, y perecerá su nombre?"
  Aun cuando vienen a verme, hablan mentiras; *
  su corazón recoge rumores falsos;
  al salir fuera los divulgan.
  Reunidos murmuran contra mí todos mis enemigos; *
  contra mí idean daño, diciendo:
  "Cosa pestilente se ha apoderado de él, *
  y el que cayó en cama no volverá a levantarse".
  Aun mi amigo íntimo, en quien yo fiaba,
  el que de mi pan comía, *
  alzó contra mí el calcañar, y me abandonó.
  Mas tú, oh Señor, ten misericordia de mí; *
  hazme levantar, y les daré el pago.
  Por ello conoceré que te he agradado, *
  que mi enemigo no se huelga de mí.
  En cuanto a mí, en mi integridad sostenme; *
  hazme estar delante de ti para siempre.
  Bendito sea el Señor, el Dios de Israel, *
  por los siglos de los siglos. Amén y Amén.
  
  Salmo 52 
  ¿Por qué te jactas de maldad, oh tirano, *
  contra el devoto todo el día?
  Urdes agravios; como navaja afilada es tu lengua, *
  tú que obras engaño.
  Amas el mal más que el bien, *
  la mentira más que la verdad.
  Amas toda suerte de palabras hirientes, *
  oh lengua engañosa.
  ¡Oh, si Dios te derribara totalmente, *
  te asolara y te arrancara de tu morada,
  y te desarraigara de la tierra de los vivientes!
  Verán los justos, y temerán; *
  entonces se reirán de él, diciendo:
  "He aquí el que no puso a Dios por fortaleza, *
  sino que confió en sus muchas riquezas,
  y persistió en su maldad".
  Pero yo estoy en la casa de Dios como olivo verde; *
  en la misericordia de Dios confío eternamente y para siempre.
  Siempre te daré gracias por lo que has hecho, *
  y proclamaré, en la presencia de tus santos,
  que tu Nombre es bueno.
  
  Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
  como era en el principio, ahora y siempre,
  por los siglos de los siglos. Amén.
  
  1 Samuel 24:1-22
  Y cuando regresó Saúl de perseguir a los filisteos, le dieron la noticia  de que David estaba en el desierto de En-gadi. Entonces Saúl escogió a  tres mil hombres de todo Israel y fue a buscar a David y sus hombres por  las peñas más escarpadas. En su camino llegó a unos rediles de ovejas,  cerca de los cuales había una cueva en la que estaban escondidos David y  sus hombres. Saúl se metió en ella para hacer sus necesidades, y los  hombres de David le dijeron a este: "Hoy se cumple la promesa que te  hizo el Señor de que pondría en tus manos a tu enemigo. Haz con él lo  que mejor te parezca." Entonces David se levantó, y con mucha precaución  cortó un pedazo de la capa de Saúl; pero después de hacerlo le remordió  la conciencia, y les dijo a sus hombres: "¡El Señor me libre de alzar  mi mano contra mi señor el rey! ¡Si él es rey, es porque el Señor lo ha  escogido!" De este modo refrenó David a sus hombres y no les permitió  atacar a Saúl, el cual salió de la cueva y siguió su camino. Pero en  seguida David salió de la cueva tras él, y le gritó: "¡Majestad,  Majestad!"  Saúl miró hacia atrás, y David, inclinándose hasta el suelo  en señal de reverencia, le dijo: "¿Por qué hace caso Su Majestad a  quienes le dicen que yo busco su mal? Su Majestad ha podido comprobar  que, aunque el Señor puso hoy a Su Majestad en mis manos allá en la  cueva, yo no quise matar a Su Majestad, sino que le perdoné la vida,  pues me dije que si Su Majestad es rey, es porque el Señor lo ha  escogido. Mire bien Su Majestad lo que tengo en la mano: es un pedazo de  la capa de Su Majestad, a quien bien podría haber matado. Con eso puede  darse cuenta Su Majestad de que yo no he pensado en hacerle daño ni en  traicionarlo, ni tampoco le he faltado. Sin embargo, Su Majestad me  persigue para quitarme la vida. ¡Que el Señor juzgue entre nosotros dos,  y me vengue de Su Majestad! Por lo que a mí toca, jamás levantaré mi  mano contra Su Majestad. Un antiguo refrán dice: 'La maldad viene de los  malvados'; por eso yo jamás levantaré mi mano contra Su Majestad.  Además, ¿tras de quién ha salido el rey de Israel? ¿A quién está  persiguiendo? ¡A mí, que soy como un perro muerto, o como una pulga! Por  lo tanto, que el Señor decida y juzgue entre nosotros dos; ¡que sea él  quien examine mi causa y me defienda de Su Majestad!" Cuando David  terminó de hablar, Saúl exclamó: "¡Pero si eres tú, David, hijo mío,  quien me habla!" Y echándose a llorar, le dijo: "La razón está de tu  lado, pues me has devuelto bien a cambio del mal que te he causado. Hoy  me has demostrado que tú buscas mi bien, pues habiéndome puesto el Señor  en tus manos, no me mataste. En realidad, no hay nadie que, al  encontrar a su enemigo, lo deje ir sano y salvo. Por lo tanto, ¡que el  Señor te pague con bien lo que hoy has hecho conmigo! Ahora me doy  perfecta cuenta de que tú serás el rey, y de que bajo tu dirección el  reino de Israel habrá de prosperar. Júrame, pues, por el Señor, que no  acabarás con mis descendientes ni borrarás mi nombre de mi familia."  David se lo juró a Saúl, y después Saúl regresó a su palacio, en tanto  que David y los suyos se fueron a la fortaleza.
  
  Primer Cántico de Isaías    Ecce, Deus
  Isaías 12:2-6
  
  He aquí es Dios quien me salva; *
  confiaré en él y no temeré.
  Mi fortaleza y mi refugio es el Señor; *
  él se hizo mi Salvador.
  Sacarán ustedes aguas con júbilo *
  de las fuentes de salvación.
  Aquel día dirán: *
  Den gracias al Señor e invoquen su Nombre.
  Cuenten a los pueblos sus hazañas; *
  pregonen que su Nombre es excelso.
  Canten alabanzas al Señor, porque ha hecho cosas sublimes, *
  y esto es conocido por toda la tierra.
  Vitoreen, habitantes de Sión, con gritos de júbilo, *
  porque grande es en medio de ti el Santo de Israel.
  
  Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
  como era en el principio, ahora y siempre,
  por los siglos de los siglos. Amén.
  
  Hechos 13:44-52
  El sábado de la semana siguiente, casi toda la ciudad se reunió para oir  el mensaje del Señor. Pero cuando los judíos vieron tanta gente, se  llenaron de celos y comenzaron a contradecir a Pablo y a insultarlo.  Entonces Pablo y Bernabé, hablando con valentía, les contestaron:  "Teníamos la obligación de anunciar el mensaje de Dios en primer lugar a  ustedes, que son judíos; pero ya que ustedes lo rechazan y no se  consideran dignos de la vida eterna, nos iremos a los que no son judíos.  Porque así nos mandó el Señor, diciendo: 'Te he puesto como luz de las  naciones, para que lleves mi salvación hasta las partes más lejanas de  la tierra.'" Al oir esto, los que no eran judíos se alegraron y  comenzaron a decir que el mensaje del Señor era bueno; y creyeron todos  los que estaban destinados a tener vida eterna. Así se predicó el  mensaje del Señor por toda aquella región. Pero los judíos hablaron con  algunas mujeres piadosas y honorables, y con los hombres importantes de  la ciudad, y los incitaron a comenzar una persecución contra Pablo y  Bernabé, para echarlos de la región. Entonces estos sacudieron el polvo  de sus pies en señal de protesta contra aquella gente, y se fueron a  Iconio. Pero los creyentes estaban llenos de alegría y del Espíritu  Santo.
  
  Cántico de los Redimidos    Magna et mirabilia
  Apocalipsis 15:3-4
  
  Grandes y asombrosas son tus obras, *
  Señor Dios, Rey del universo;
  Justos y fidedignos tus caminos, *
  oh Rey de los siglos.
  ¿Quién no te acatará y bendecirá tu Nombre? *
  Tú sólo eres el Santo.
  Todas las naciones vendrán y se postrarán ante ti, *
  Pues tus hechos justos se hicieron manifiestos.
  
  Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
  como era en el principio, ahora y siempre,
  por los siglos de los siglos. Amén.
  
  Credo de los Apóstoles
  Creo en Dios Padre todopoderoso,
  creador del cielo y de la tierra.
  Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor.
  Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo
  y nació de la Virgen María.
  Padeció bajo el poder de Poncio Pilato.
  Fue crucificado, muerto y sepultado.
  Descendió a los infiernos.
  Al tercer día resucitó de entre los muertos.
  Subió a los cielos,
  y está sentado a la diestra de Dios Padre.
  Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
  Creo en el Espíritu Santo,
  la santa Iglesia católica,
  la comunión de los santos,
  el perdón de los pecados,
  la resurrección de los muertos,
  y la vida eterna. Amén.
  
  Plegarias
  
  Padre nuestro que estás en el cielo,
  santificado sea tu Nombre,
  venga tu reino,
  hágase tu voluntad,
  en la tierra como en el cielo.
  Danos hoy nuestro pan de cada día.
  Perdona nuestras ofensas,
  como también nosotros perdonamos
  a los que nos ofenden.
  No nos dejes caer en tentación
  y líbranos del mal.
  Porque tuyo es el reino,
  tuyo es el poder,
  y tuya es la gloria,
  ahora y por siempre. Amén.
  
  A
  Señor, muéstranos tu misericordia;
  Y concédenos tu salvación.
  Reviste a tus ministros de justicia;
  Que cante tu pueblo de júbilo.
  Establece, Señor, la paz en todo el mundo;
  Porque sólo en ti vivimos seguros.
  Protege, Señor, a esta nación;
  Y guíanos por la senda de justicia y de verdad.
  Que se conozcan en la tierra tus caminos;
  Y entre los pueblos tu salvación.
  Señor, que no se olvide a los necesitados;
  Ni se arranque la esperanza a los pobres.
  Señor, crea en nosotros un corazón limpio;
  Y susténtanos con tu Santo Espíritu.
  
  Dios omnipotente, fuente de toda sabiduría, tú conoces nuestras  necesidades antes de que te pidamos, y nuestra ignorancia en pedir: Ten  compasión de nuestras flaquezas, y danos, por tu misericordia, aquellas  cosas que por nuestra indignidad y ceguedad no sabemos ni nos atrevemos a  pedirte; por los méritos de Jesucristo tu Hijo nuestro Señor; que vive y  reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre.  Amén.
  
  Oh Dios, autor de la paz y amante de la concordia, conocerte es vida  eterna, y servirte, plena libertad: Defiende a estos tus humildes  siervos de todos los asaltos de nuestros enemigos; para que, confiados  en tu protección, no temamos la fuerza de ningún adversario; por el  poder de Jesucristo nuestro Señor. Amén.
  
  Oh Dios, que has hecho de una sola sangre a todos los pueblos de la  tierra, y enviaste a tu bendito Hijo a predicar la paz, tanto a los que  están lejos como a los que están cerca: Concede que la gente en todo  lugar te busque y te encuentre; trae a las naciones a tu redil; derrama  tu Espíritu sobre toda carne; y apresura la venida de tu reino; por  Jesucristo nuestro Señor. Amén.
  
  Puede seguir intercesiones y acciones de gracias
  
  Acción de Gracias en General
  Dios omnipotente, Padre de toda misericordia, nosotros, indignos siervos  tuyos, humildemente te damos gracias por todo tu amor y benignidad a  nosotros y a todos los seres humanos. Te bendecimos por nuestra  creación, preservación y todas las bendiciones de esta vida; pero sobre  todo por tu amor inmensurable en la redención del mundo por nuestro  Señor Jesucristo; por los medios de gracia, y la esperanza de gloria. Y  te suplicamos nos hagas conscientes de tus bondades de tal manera que,  con un corazón verdaderamente agradecido, proclamemos tus alabanzas, no  sólo con nuestros labios, sino también con nuestras vidas, entregándonos  a tu servicio y caminando en tu presencia, en santidad y justicia,  todos los días de nuestra vida; por Jesucristo nuestro Señor, a quien,  contigo y el Espíritu Santo, sea todo honor y gloria, por los siglos de  los siglos. Amén.
  
  Oración de San Juan Crisóstomo
  
  Dios todopoderoso, que nos diste la gracia para unirnos en este momento,  a fin de ofrecerte nuestras súplicas en común; y que, por tu muy amado  Hijo, nos prometiste que, cuando dos o tres se congregan en su Nombre,  tú estarás en medio de ellos: Realiza ahora, Señor, nuestros deseos y  peticiones como mejor nos convenga; y concédenos en este mundo el  conocimiento de tu verdad y en el venidero, la vida eterna. Amén.
  
  Bendigamos al Señor.
  Demos gracias a Dios.
  
  Gloria a Dios, cuyo poder, actuando en nosotros, puede realizar todas  las cosas infinitamente mejor de lo que podemos pedir o pensar: Gloria a  él en la Iglesia de generación en generación, y en Cristo Jesús por los  siglos de los siglos. Amén. Efesios 3:20, 21
  
  Oficio para el Mediodía
  
  Oh Dios, dígnate librarnos.
  Señor, apresúrate a socorrernos.
  
  Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el  principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.  ¡Aleluya!
  
  Salmo 119    Lucerna pedibus meis
  
  Lámpara es a mis pies tu palabra, *
  y lumbrera en mi camino.
  He jurado y estoy resuelto *
  a guardar tus rectos juicios.
  Afligido estoy en gran manera; *
  vivifícame, oh Señor, conforme a tu palabra.
  Acepta, oh Señor, la ofrenda voluntaria de mis labios, *
  y enséñame tus juicios.
  Mi vida está siempre en peligro; *
  por tanto no olvido tu ley.
  Me tendieron lazo los malvados, *
  pero yo no me desvié de tus mandamientos.
  Son tus decretos mi herencia eterna, *
  en verdad, el gozo de mi corazón.
  Mi corazón incliné a cumplir tus estatutos, *
  eternamente y hasta el fin.
  
  Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
  como era en el principio, ahora y siempre,
  por los siglos de los siglos. Amén.
  
  El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. Romanos 5:5
  Demos gracias a Dios.
  
  Señor, ten piedad.
  Cristo, ten piedad.
  Señor, ten piedad.
  
  Padre nuestro que estás en el cielo,
  santificado sea tu Nombre,
  venga tu reino,
  hágase tu voluntad,
  en la tierra como en el cielo.
  Danos hoy nuestro pan de cada día.
  Perdona nuestras ofensas,
  como también nosotros perdonamos
  a los que nos ofenden.
  No nos dejes caer en tentación
  y líbranos del mal.
  
  Señor, escucha nuestra oración;
  Y llegue a ti nuestro clamor.
  
  Padre celestial, envía tu Santo Espíritu a nuestros corazones, para que  nos dirija y gobierne según tu voluntad, nos consuele en todas nuestras  aflicciones, nos defienda de todo error, y nos conduzca a toda verdad;  por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
  
  Se puede ofrecer intercesiones libres.
  
  Bendigamos al Señor.
  Demos gracias a Dios.