Gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. 1 Corintios 15:57
  
  Invitatorio y Salterio
  
  Señor, abre nuestros labios.
  Y nuestra boca proclamará tu alabanza.
  
  Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el  principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.  ¡Aleluya!
  
  Adoren al Señor en la hermosura de la santidad: vengan y adorémosle.
  
  Venite Salmo 95:1-7
  Vengan, cantemos alegremente al Señor; *
  aclamemos con júbilo a la Roca que nos salva.
  Lleguemos ante su presencia con alabanza,  *
  vitoreándole con cánticos;
  Porque el Señor es Dios grande, *
  y Rey grande sobre todos los dioses.
  En su mano están las profundidades de la tierra, *
  y las alturas de los montes son suyas.
  Suyo el mar, pues él lo hizo, *
  y sus manos formaron la tierra seca.
  Vengan, adoremos y postrémonos; *
  arrodillémonos delante del Señor nuestro Hacedor;
  Porque él es nuestro Dios;
  nosotros el pueblo de su dehesa, y ovejas de su mano. *
  ¡Ojalá escuchen hoy su voz!
  
  Salmo 101
  Misericordia y justicia cantaré; *
  a ti cantaré alabanzas, oh Señor.
  Me esforzaré por seguir un camino intachable; ¿cuándo vendrás a mi? *
  Andaré con sencillez de corazón dentro de mi casa.
  No pondré delante de mis ojos cosa indigna; *
  aborrezco a los malhechores; no se quedarán conmigo.
  Corazón perverso alejaré de mí; *
  no conoceré el mal.
  A los que en secreto difaman a su prójimo, haré callar; *
  ojos engreídos, corazones arrogantes, no los puedo soportar.
  Mis ojos pondré en los fieles de la tierra, para que vivan conmigo; *
  sólo los que siguen un camino intachable me servirán.
  No habitarán en mi casa los que hacen fraudes, *
  y cuantos hablan mentiras no durarán en mi presencia.
  Pronto destruiré a todos los malvados de la tierra, *
  para extirpar de la ciudad del Señor a todos los malhechores.
  
  Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
  como era en el principio, ahora y siempre,
  por los siglos de los siglos. Amén.
  
  Las Lecciones
  
  1 Samuel 7:2-17
  Veinte años pasaron desde el día en que se colocó el arca en  Quiriat-jearim, y todo Israel buscaba con ansia al Señor. Por esto,  Samuel dijo a todos los israelitas: "Si ustedes se vuelven de todo  corazón al Señor, deben echar fuera los dioses extranjeros y las  representaciones de Astarté, y dedicar sus vidas al Señor, rindiéndole  culto solamente a él. Entonces él los librará del dominio de los  filisteos." Los israelitas echaron fuera las diferentes representaciones  de Baal y de Astarté, y rindieron culto únicamente al Señor. Después  Samuel ordenó: "Reúnan a todo Israel en Mispá, y yo rogaré al Señor por  ustedes." Los israelitas se reunieron en Mispá, y allí sacaron agua y la  derramaron como ofrenda al Señor. Aquel día ayunaron y reconocieron  públicamente que habían pecado contra el Señor. Allí, en Mispá, Samuel  se convirtió en caudillo de los israelitas. Y cuando los filisteos  supieron que los israelitas estaban reunidos en Mispá, los jefes  filisteos marcharon contra ellos. Los israelitas, al saberlo, tuvieron  miedo y le dijeron a Samuel: "No dejes de rogar al Señor nuestro Dios  por nosotros, para que nos salve del poder de los filisteos." Samuel  tomó un corderito y lo ofreció entero en holocausto al Señor; luego rogó  al Señor en favor de Israel, y el Señor le respondió. Cuando Samuel  estaba ofreciendo el holocausto, los filisteos avanzaron para atacar a  los israelitas; entonces el Señor lanzó un trueno enorme contra ellos y  los asustó, y de este modo fueron vencidos por los israelitas.  Inmediatamente salieron los israelitas de Mispá a perseguir a los  filisteos, y los atacaron hasta más abajo de Bet-car. Después tomó  Samuel una piedra y la colocó entre Mispá y Sen, y la llamó Eben-ézer,  pues dijo: "Hasta ahora el Señor nos ha ayudado." Los filisteos fueron  derrotados y no volvieron a invadir el territorio israelita; y mientras  Samuel vivió, el Señor estuvo contra los filisteos. Las ciudades que los  filisteos habían tomado a los israelitas, desde Ecrón hasta Gat,  volvieron a ser de Israel. De esta manera, los israelitas liberaron su  territorio del dominio filisteo, y hubo paz entre los israelitas y los  amorreos. Samuel fue caudillo de Israel durante toda su vida, y todos  los años iba a Betel, Guilgal y Mispá, para atender los asuntos de  Israel en todos estos lugares. Luego regresaba a Ramá, donde tenía su  residencia, y desde allí gobernaba a Israel. También construyó allí un  altar al Señor.
  
  Tercer Cántico de Isaías   Surge, illuminare
  Isaías 60:13, 11a, 14c, 18-19
  
  Surge, ilumina, pues ha llegado tu luz, *
  y la gloria del Señor sobre ti ha amanecido.
  Mira cómo las tinieblas cubren la tierra, *
  y densa oscuridad a los pueblos.
  Mas sobre ti amanece el Señor, *
  y su gloria aparece sobre ti.
  Correrán las naciones a tu luz, *
  y los reyes a la claridad de tu alborada.
  Abiertas de continuo estarán tus puertas; *
  ni de día ni de noche se cerrarán.
  Te llamarán la Ciudad del Señor, *
  la Sión del Santo de Israel.
  No se oirá más de violencia en tu tierra, *
  ni de ruina o destrucción en tus fronteras.
  Llamarás a tus murallas, Salvación, *
  y a tus puertas, Alabanza.
  El sol no será para ti ya más tu luz del día, *
  ni de noche necesitarás el lustre de la luna.
  Tendrás al Señor por luz eterna, *
  y tu Dios será tu gloria.
  
  Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
  como era en el principio, ahora y siempre,
  por los siglos de los siglos. Amén.
  
  Hechos 6:1-15
  En aquel tiempo, como el número de los creyentes iba aumentando, los de  habla griega comenzaron a quejarse de los de habla hebrea, diciendo que  las viudas griegas no eran bien atendidas en la distribución diaria de  ayuda. Los doce apóstoles reunieron a todos los creyentes, y les  dijeron: "No está bien que nosotros dejemos de anunciar el mensaje de  Dios para dedicarnos a la administración. Así que, hermanos, busquen  entre ustedes siete hombres de confianza, entendidos y llenos del  Espíritu Santo, para que les encarguemos estos trabajos. Nosotros  seguiremos orando y proclamando el mensaje de Dios." Todos estuvieron de  acuerdo, y escogieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu  Santo, y a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Pármenas y a  Nicolás, uno de Antioquía que antes se había convertido al judaísmo.  Luego los llevaron a donde estaban los apóstoles, los cuales oraron y  les impusieron las manos. El mensaje de Dios iba extendiéndose, y el  número de los creyentes aumentaba mucho en Jerusalén. Incluso muchos  sacerdotes judíos aceptaban la fe. Esteban, lleno del poder y la  bendición de Dios, hacía milagros y señales entre el pueblo. Algunos de  la sinagoga llamada de los Esclavos Libertados, junto con algunos de  Cirene, de Alejandría, de Cilicia y de la provincia de Asia, comenzaron a  discutir con Esteban; pero no podían hacerle frente, porque hablaba con  la sabiduría que le daba el Espíritu Santo. Pagaron entonces a unos  para que afirmaran que lo habían oído decir palabras ofensivas contra  Moisés y contra Dios. De este modo alborotaron al pueblo, a los ancianos  y a los maestros de la ley; por lo cual atacaron a Esteban, lo  apresaron y lo llevaron ante la Junta Suprema. Además buscaron testigos  falsos, que dijeron: "Ese hombre no deja de hablar contra este santo  templo y contra la ley. Le hemos oído decir que ese Jesús de Nazaret va a  destruir el templo y que va a cambiar las costumbres que nos dejó  Moisés." Las autoridades y todos los que estaban allí sentados, al mirar  a Esteban, vieron que su cara era como la de un ángel.
  
  Cántico de Zacarías    Benedictus Dominus Deus
  San Lucas 1:68-79
  
  Bendito sea el Señor, Dios de Israel, *
  porque ha visitado y redimido a su pueblo,
  Suscitándonos un poderoso Salvador *
  en la casa de David su siervo,
  Según lo había predicho desde antiguo *
  por boca de sus santos profetas.
  Es el Salvador que nos libra de nuestros enemigos,
  y de la mano de todos los que nos odian,
  Realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, *
  recordando su santa alianza
  y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán;
  Para concedernos que, libres de temor,
  arrancados de la mano de los enemigos, *
  le sirvamos con santidad y justicia
  en su presencia, todos nuestros días.
  Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, *
  porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, *
  Anunciando a su pueblo la salvación, *
  el perdón de sus pecados.
  Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, *
  nos visitará el sol que nace de lo alto,
  Para iluminar a los que viven en tinieblas y
  en sombra de muerte, *
  para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.
  
  Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
  como era en el principio, ahora y siempre,
  por los siglos de los siglos. Amén.
  
  Credo de los Apóstoles
  Creo en Dios Padre todopoderoso,
  creador del cielo y de la tierra.
  Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor.
  Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo
  y nació de la Virgen María.
  Padeció bajo el poder de Poncio Pilato.
  Fue crucificado, muerto y sepultado.
  Descendió a los infiernos.
  Al tercer día resucitó de entre los muertos.
  Subió a los cielos,
  y está sentado a la diestra de Dios Padre.
  Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
  Creo en el Espíritu Santo,
  la santa Iglesia católica,
  la comunión de los santos,
  el perdón de los pecados,
  la resurrección de los muertos,
  y la vida eterna. Amén.
  
  Plegarias
  
  Padre nuestro que estás en el cielo,
  santificado sea tu Nombre,
  venga tu reino,
  hágase tu voluntad,
  en la tierra como en el cielo.
  Danos hoy nuestro pan de cada día.
  Perdona nuestras ofensas,
  como también nosotros perdonamos
  a los que nos ofenden.
  No nos dejes caer en tentación
  y líbranos del mal.
  Porque tuyo es el reino,
  tuyo es el poder,
  y tuya es la gloria,
  ahora y por siempre. Amén.
  
  A
  Señor, muéstranos tu misericordia;
  Y concédenos tu salvación.
  Reviste a tus ministros de justicia;
  Que cante tu pueblo de júbilo.
  Establece, Señor, la paz en todo el mundo;
  Porque sólo en ti vivimos seguros.
  Protege, Señor, a esta nación;
  Y guíanos por la senda de justicia y de verdad.
  Que se conozcan en la tierra tus caminos;
  Y entre los pueblos tu salvación.
  Señor, que no se olvide a los necesitados;
  Ni se arranque la esperanza a los pobres.
  Señor, crea en nosotros un corazón limpio;
  Y susténtanos con tu Santo Espíritu.
  
  Oh Señor, haz que tengamos perpetuo amor y reverencia a tu santo Nombre,  pues nunca privas de tu auxilio y guía a los que has establecido sobre  la base firme de tu bondad; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y  reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los  siglos. Amén.
  
  Oh Dios, autor de la paz y amante de la concordia, conocerte es vida  eterna, y servirte, plena libertad: Defiende a estos tus humildes  siervos de todos los asaltos de nuestros enemigos; para que, confiados  en tu protección, no temamos la fuerza de ningún adversario; por el  poder de Jesucristo nuestro Señor. Amén.
  
  Señor Jesucristo, tú extendiste tus brazos amorosos sobre el cruel  madero de la cruz, para estrechar a todos los seres humanos en tu abrazo  salvador: Revístenos con tu Espíritu de tal manera que, extendiendo  nuestras manos en amor, llevemos a quienes no te conocen a reconocerte y  amarte; por el honor de tu Nombre. Amén.
  Puede seguir intercesiones y acciones de gracias
  
  Oración de San Juan Crisóstomo
  Dios todopoderoso, que nos diste la gracia para unirnos en este momento,  a fin de ofrecerte nuestras súplicas en común; y que, por tu muy amado  Hijo, nos prometiste que, cuando dos o tres se congregan en su Nombre,  tú estarás en medio de ellos: Realiza ahora, Señor, nuestros deseos y  peticiones como mejor nos convenga; y concédenos en este mundo el  conocimiento de tu verdad y en el venidero, la vida eterna. Amén.
  
  Bendigamos al Señor.
  Demos gracias a Dios.
  
  La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del  Espíritu Santo sean con todos nosotros, ahora y siempre. Amén. 2 Corintios 13:14
  
  
  Oficio para el Mediodía
  
  Oh Dios, dígnate librarnos.
  Señor, apresúrate a socorrernos.
  
  Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el  principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.  ¡Aleluya!
  
  Salmo 126   In convertendo
  Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, *
  éramos como los que sueñan.
  Entonces nuestra boca se llenó de risa, *
  y nuestra lengua de gritos de alegría.
  Y decían entre las naciones: *
  "Ha hecho el Señor proezas con ellos".
  Proezas ha hecho el Señor con nosotros, *
  y estamos sumamente alegres.
  Tú, oh Señor, has cambiado nuestra suerte, *
  como los torrentes del Neguev.
  Los que sembraron con lágrimas, *
  con gritos de alegría segarán.
  Los que van llorando, llevando la semilla, *
  volverán entre cantares, trayendo sus gavillas.
  
  Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
  como era en el principio, ahora y siempre,
  por los siglos de los siglos. Amén.
  
  Desde donde el sol nace hasta donde se pone, es grande mi Nombre entre  las naciones, y en todo lugar se ofrece a mi Nombre incienso y ofrenda  limpia, porque grande es mi Nombre entre las naciones, dice el Señor de  los ejércitos. Malaquías 1:11
  Demos gracias a Dios.
  
  Señor, ten piedad.
  Cristo, ten piedad.
  Señor, ten piedad.
  
  Padre nuestro que estás en el cielo,
  santificado sea tu Nombre,
  venga tu reino,
  hágase tu voluntad,
  en la tierra como en el cielo.
  Danos hoy nuestro pan de cada día.
  Perdona nuestras ofensas,
  como también nosotros perdonamos
  a los que nos ofenden.
  No nos dejes caer en tentación
  y líbranos del mal.
  
  Señor, escucha nuestra oración;
  Y llegue a ti nuestro clamor.
  
  Bendito Salvador, en esta hora colgabas en la cruz, extendiendo tus  brazos amorosos: Concede que todos los pueblos de la tierra miren hacia  ti y sean salvos; por tu entrañable misericordia. Amén.
  
  Se puede ofrecer intercesiones libres.
  
  Bendigamos al Señor.
  Demos gracias a Dios.