1 Macabeos 3:1-24
1 Entonces Judas Macabeo ocupó el lugar de su padre. 2 Todos sus hermanos y los partidarios de su padre lo apoyaron, y se entregaron con entusiasmo a luchar por Israel.
3 Judas extendió la fama de su pueblo;
como un gigante, se protegió con su coraza
y se armó para la guerra.
Dio batalla tras batalla,
y con su espada protegió a su ejército.
4 Por sus hazañas parecía un león,
o un cachorro que ruge tras la presa.
5 Persiguió a los malvados hasta dar con ellos,
y entregó a las llamas a los perturbadores de su pueblo.
6 Ante él, los malvados se llenaron de terror,
y los que hacían el mal fracasaron;
en sus manos prosperó la causa de la libertad.
7 Les amargó la vida a muchos reyes,
pero alegró con sus hazañas al pueblo de Jacob.
Su nombre será recordado y bendecido eternamente.
8 Recorrió las ciudades de Judea
y exterminó a los impíos que en ella había.
Desvió de Israel los terribles castigos;
9 su fama llegó hasta el extremo de la tierra,
pues reunió a un pueblo a punto de ser exterminado.
10 Apolonio reunió un gran ejército compuesto de soldados de naciones paganas y de samaritanos, para luchar contra Israel. 11 Judas lo supo y le salió al encuentro, lo derrotó y lo mató. Hubo muchas bajas entre los enemigos, y los demás huyeron. 12 Los judíos recogieron el botín, y Judas se apoderó de la espada de Apolonio. En las batallas siempre la usó.
13 Cuando Serón, el comandante del ejército de Siria, se enteró de que Judas había reunido una tropa de fieles seguidores suyos dispuestos a pelear, 14 pensó: "Voy a hacerme famoso, y a conquistar muchos honores en el reino, peleando contra Judas y sus seguidores, que no cumplen las órdenes del rey." 15 A él también se le unió un poderoso ejército de judíos renegados, que fueron a ayudarlo a vengarse de los israelitas. 16 Cuando Serón llegó a la cuesta de Bet-horón, Judas le salió al encuentro con unos pocos hombres. 17 Pero al ver estos el ejército que venía contra ellos, le dijeron a Judas:
--¿Cómo podremos luchar, siendo tan pocos, contra un ejército tan numeroso y fuerte? Además, desde ayer estamos sin comer, y ya no tenemos fuerzas.
18 Judas respondió:
--Es fácil que una gran multitud caiga en poder de unos pocos, pues para Dios lo mismo es dar la victoria con muchos que con pocos. 19 En una batalla, la victoria no depende del número de los soldados, sino de la fuerza que Dios da. 20 Ellos vienen contra nosotros, llenos de orgullo y de impiedad, a matarnos a nosotros, a nuestras mujeres y a nuestros hijos, y a robarnos lo que tenemos. 21 Nosotros, en cambio, luchamos por nuestras propias vidas y por nuestras costumbres. 22 Así que no les tengan miedo, pues Dios los hará pedazos ante nuestros ojos.
23 En cuanto acabó de hablar, se lanzó sin más sobre los enemigos, y Serón y su ejército fueron derrotados. 24 Luego los persiguieron por la bajada de Bet-horón, hasta la llanura, y cayeron como ochocientos hombres del ejército enemigo, y los demás huyeron al país de los filisteos.